jueves, 3 de octubre de 2013

HITORIA IMAGINADA

Momentos inconclusos que son creados a través de la interacción artística.

Todo comienza cuando un artista español empieza a coger fama internacional por su instalaciones fotográficas. Su aspecto desaliñado y su autismo, lo hacen una persona diferente. Adoptado cuando tenía 3 años y criado por una familia humilde, consigue superar barreras dentro de su autismo, consiguiendo cosas que antes otros autistas no habían sido capaces.

Se pasa el día observando a las personas, viendo sus comportamientos, interesándose por la forma de interactuar, la forma de pensar, de comunicarse… Le apasiona el tema de la mente humana, como funciona y se comporta en los diversos campos.

El joven artista empieza su andadura con una edad muy temprana, teniendo su primera toma contacto con la fotografía a través de un sueño.  Un sueño que acabaría siendo premonitorio y que le daría las claves de la imagen para llegar directamente al espectador. Sin formación sobre el campo de la fotografía el joven empieza a adquirir material fotográfico de baja calidad, pero consiguiendo con ellos unos resultados profesionales, llegando a ser cuestionado si eran suyas las obras o se las hacía alguien. Poco a poco se va haciendo un hueco entre los expertos de la fotografía.

Empieza realizando obras de gran tamaño, que siguen una secuencia, siendo ganadoras de diversos certámenes de cierta relevancia, abriéndole las puertas para realizar exposiciones individuales. Ese es el momento en el que se introduce de lleno en la instalaciones fotográficas y da el salto  a nivel internacional.

Pero es un momento exacto en el cual una obra concreta provocó en desconocimiento del “ cual “, el “ como “ y el “ porque” , profundizando en la multiplicidad de conexiones entre la mente humana. Dicha obra fue creada especialmente para una sala de Londres. Era su primer contacto con el extranjero, donde el cambio de cultura, pensamiento y costumbres estaban presentes.

La obra se ubicaba en una sala aparentemente normal de una galería en Londres. Una sala amplia, sin obstáculos, pero la cual tenia un recorrido preestablecido, algo que la hacía perfecta para dirigir a los espectadores.

La instalación fotográfica, era el culmen de su último proyecto, siendo tan efímera como cada visitante que la observara, y tan novedosa como espectadores tuviera.

      Cada persona que acudía realizaba un recorrido visual, con el cual el artista conseguía llegar al espectador. El autor logró que cada visitante hiciera suya la foto y percibiera algo relacionado con su vida, haciendo la obra única para cada uno, donde todo el mundo veía reflejado el paso de su existencia. La obra era como si en cada persona floreciera la creatividad y creara una imagen artística que se veía reflejada en la instalación de la sala. Esto provoca un sentimiento de realización, de protagonismo, de ser la musa, donde las personas crean algo de forma inconsciente, interactuando con la obra sin darse cuenta.
Es como un recorrido en su vida, una progresión de su evolución, pero todo visto desde un prisma artístico, donde la simplicidad de las imágenes tienen un gran protagonismo.

     Todo el mundo, percibe algo extraño, pero que le agrada, sin saber el que, pero todos callan, realizando una crítica muy buena de la obra. A cada persona le confunde el como ha podido tomar esas instantáneas el autor, como ha recopilado todas esas imágenes de su vida, sin saber que lo que realmente está haciendo el joven artista es tocar ciertos aspectos del cerebro que activan un mecanismo de asociación. Había encontrado que sentimientos debía de transmitir para conseguir que las imágenes activaran esa parte del cerebro que apenas se usaba.


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